todo el mundo sabe de la mierda del mundo
todos escurren sus vidas en las noches luminosas.
El tráfico de niños y niñas en las podridas esquinas josefinas
….las maquilas trabajando de noche y de día
moliendo las huesos de las hembras y los machos indios
entre hilos y maquinas.
Marchamos a los templos de consumo
a injertarnos en los cuerpos ropas con sangre y explotación…
y las llagas se abren…
y las venas empiezan su torrente infinito
y yo vuelvo sobre mis pasos de destrucción
¡tengo fuego en la mirada!
¡y al indio justo en la retina!
y a mi madre en un recoveco de su habitación
desintegrando en su puño al padre, al esposo, al hijo… al Capital!!!!
Parricidio…
Alberto Lange,
26 agosto, 2011
Años de miseria y precarios