Esta es la escena:
un gran habitáculo enorme,
sillas y mesas.
Gente que intercambia palabras sentados y bebidos.
Tú y yo en una antesala,
luego te dejo y camino, corro…
Tú madre en una tarima…
le celebramos natalicios,
la llamo,
acude,
le digo,
me duele,
lo siento,
se fue,
no vuelve,
y luego… y luego…un llanto onírico…
su abrazo fantasmal…
y sucede que por primera vez en la vida...
despierto sin el abrazo fantasmal…
bajo un llanto real y demencial.
Alberto Lange,
27 julio del 2011,
Años de tus migraciones